Cuando lo
leí la primera vez me pareció una burrada pero no me causó nada más allá de la
indignación con los políticos españoles. Nada nuevo, por otra parte. Luego todo
empezó a saberse porque Laura (mi cabecita te sigue diciendo Layu, lo siento)
empezó a moverse más y más, hizo la petición en change.org, y dos días después
tenía 100.000 firmas y estaba en El País, El Mundo, Público, Huffington Post, RTVE, La Vanguardia, La Sexta, El Diario, La Ser y mil medios más. Porque el BOE salió el 29
de octubre y hasta entonces parece ser que nadie –a excepción de mis paisanos
de La Taberna Global, que fueron ellos los que soltaron la noticia, y de donde
lo leyó Laura- se lo había leído. Difusión CERO.
Y hoy gracias a Laura y a La Taberna Global, está por todas partes.
Y cuando decimos todas partes, es que a Laura la ha nombrado la BBC y The Guardian,
que La Sexta estuvo en su casa, que salió en Cuatro, La 1, La 2, Antena 3 y
miles de medios digitales, además de visitar el Ministerio, llevar las más de
200.000 firmas que se consiguieron y hablar con Federico Morán (segundo después
de Wert) sobre el asunto. Bruselas le dio un toquecito a Wert, el PP otro, y
aquí el amigo terminó rectificando, al menos para este año. Porque es cuestión de información, como nos
explican en Periodismo Internacional: si una guerra no se cubre, no existe para
el resto del mundo, y es más complicado que acabe, porque no hay información,
ni hay opinión pública, ni hay presión social que intente pararla. Esto pasó de
la Taberna Global a un bum en las redes sociales, gracias, en parte, a Laura, y
de ahí a las teles y los medios y de ahí a frenarlo. Al menos para este
año. Y esto demuestra la importancia del
periodismo y lo importante que fue que Laura hiciera la petición.
Yo me fui
con 200 euros al mes y ya era poco. 100 que nos daba la UE y 100 que nos daba
el Ministerio a todos. La Comunidad de Madrid, sobre esos 200, no da nada, pero
otras comunidades como Cataluña o Andalucía sí que dan más sobre esos 200, así
que hay gente que se planta hasta en 500 al mes. Ahora resulta que de esos 200,
sólo tienen seguros 100 euros al mes, los de Europa. Los otros 100 del
Ministerio desaparecen para los que no eran becarios del ministerio (los que no
hayan recibido la beca general el año anterior) y para los que sí lo son, se
convierten en 200. Así que hay
gente que se irá con 300 al mes (más lo que le dé su comunidad autónoma, si le
da algo) y hay gente que se irá con 100 (más lo que le dé su comunidad, si le
da algo)
Y bueno,
creo que a muchos medios se les ha ido la mano con los titulares, y que el RIP
Erasmus de Twitter estuvo bien porque está bien la indignación, siempre, y más
si es por esto, pero RIP me parece demasiado cuando todavía puede haber gente
que se vaya con 300 (o más) y cuando a pesar de esto, a las Erasmus les queda
mucha vida por delante.
Pero lo que
me toca las narices es la desigualdad. ES QUE NO HAN RECORTADO. Es que han
redistribuido para mal. Porque les han aumentado a unos y les han reducido a
otros, no les han reducido a todos, no sé si me explico.
A lo que
iba, no me había parado a pensar mucho más allá de esta indignación, rabia,
cabreo, enfadamiento y ganas de hostiar al señor Wert, y, es más, me molestaba
el RIP Erasmus de Twitter porque aunque es un buen bajonazo, esto no significa el
fin de las Erasmus. Para acabar con algo así hay que ponerle mucho interés y lo
suyo les va a costar porque detrás hay miles y miles de personas que ya lo han
vivido o que lo están viviendo, y que saben que significa demasiado como para
que se acabe de hoy para mañana. Me niego al fin de esto.
Pero para hacerme ver todo un poquito más claro, y hacerme pararme a pensar de
verdad, me tuve que cruzar con este párrafo de Juanlu Sánchez en Facebook:
¿Qué habría sido de
mí sin el Erasmus? No habría abierto mi primer blog, no habría estudiado en
2004 "technologies and data driven journalism", no habría
desarrollado un buen montón de ideas en ambiente de libertad, no habría
conocido a gente maravillosa y no habría aprendido que lo mismo mi idea del
mundo y del periodismo era un pelín convencional. Mi Erasmus, sin ser épico ni
mitológico, fue mi "pensar fuera de la caja". Quiero que eso lo viva
todo el mundo.
Me quedé con
las ganas de saber dónde estuvo. Pero es que describió TAN BIEN lo que puede
significar una Erasmus. Que hombre, que para muchos no es solo fiesta. E
incluso para los que es sólo fiesta, también es crecer, de una manera o de
otra.
Tengo la
suerte de poder estudiar fuera de mi casa y, aun siendo la ayuda económica una
mierda, he tenido la suerte de poder
estudiar un año entero fuera de mi país, y conocer gente increíble, otras
culturas, otros idiomas, otros sitios y otras maneras de ver el mundo y la
vida, yo qué sé, he pasado un año en un mundo totalmente diferente y es algo
que no cambio por NADA.
Sigo
manteniendo que esto no significa el fin de las Erasmus, pero es una pequeña y significante hostia a algo que, pienso yo
desde mi super subjetiva opinión, debería ser intocable. Hay gente que se
planteó el volverse, cuando esto saltó, después de dos meses empezando a vivir
una realidad paralela que no va a volver nunca, una experiencia única que se
debe disfrutar del primer minuto al último.
Habrá quien
diga que hay cosas más importantes que pagar que las Erasmus de los
estudiantes, y la fiesta de los españoles en el extranjero, pero desde mi
experiencia creo que el enriquecimiento personal también es muy importante. Es
verdad que hay muchas cosas más importantes que pagar, pero esto no hay que
infravalorarlo tampoco.
“Quiero que
eso lo viva todo el mundo”, dice Juanlu. Y a mí me parece que tiene mucha
razón, porque he tenido la suerte de disfrutarlo y me parece que todo el mundo
debería poder tenerla. Porque es algo que recomiendo a TODOS, que no sé bien
cómo contar, y que, por pedante cursi y ñoño que suene, sólo se entiende si se
vive. Y todos deberían poder vivirlo.
Y quitar
cien euros tal vez es poco, pero es quitar de más a una cosa que, señor ministro, no tiene usted ni
puta idea de lo que es.
No es sólo
cortar ilusiones y sueños, es cortar alas, es cortar formación, crecimiento
personal y académico ¡¡¡¡Cortar ganas de conocer mundo!!!!
Es que se equivocan, se equivocan. Porque si no sabemos inglés, si nos critican
por ignorantes, y vosotros mientras
encima nos hacéis esto, es que no hay manera de avanzar.
La palabra
ERASMUS, con todo lo grande que es, no se extingue porque recorten un poco,
pero se debilita, porque hay gente que no está dispuesta a irse con tan poco
dinero, y es lógico. Pero todavía no he escuchado a nadie hablar mal de su
Erasmus. El espíritu Erasmus es algo que no puede morir, porque nos
ha enseñado muchísimas cosas a tantas y tantas generaciones. Mucha gente, como
Juanlu, cree que hoy no estaría donde está si no fuera por aquel año. Y vivir
algo así, es un derecho que todo estudiante debería tener. Y el que lo haya
vivido, sabe de qué estoy hablando.
Una Erasmus
te enseña a aprender a vivir el día a
día porque sabes que un día se acabará y todo volverá a ser normal, como antes; te hace conocer
mundo, gente, culturas, idiomas, te obliga a convivir y a buscarte la vida, te
cambia, te crece.
Todo eso y muchas cosas más que no sé explicar bien.
Porque TODOS
deberían tener derecho a vivir una Erasmus.