jueves, 31 de enero de 2013

Desde el más absoluto cabreo, gentuza.

Yo en realidad no entiendo de política. Me cabreo y no tengo ni idea. Nunca la tuve. Sólo empezó a interesarme un poquillo cuando ví que se liaban a hostias con unos pocos que acampaban en la plaza de Sol reivindicando cosas. Y entonces dije... ¿pero tan mal estamos?
Y peor estamos.
No entiendo de política ni puedo tener una opinión mía propia sobre la mitad de las leyes y reformas que hacen, siempre tengo que leer mil cosas y ver las dos partes y pensarlo un rato y luego intentar llegar a una opinión más o menos coherente desde la ignorancia. Porque no se bien los pros y los contras y no quiero simplemente decir oye, que los del PP son gilipollas, mira lo que han hecho. No, quiero decirlo sabiendo lo que estoy diciendo.
No entiendo de política pero lo básico lo pillo. Lo de los 22 millones de euros en Suiza lo pillo. La de nombres que han salido hoy en El País lo pillo también. Y lo que ha dicho Cospedal en la rueda de prensa también lo pillo -aunque El País no haya 'podido' preguntar nada-.
También pillé la reforma de la justicia y también estoy pillando las reformas en educación perfectamente, sé que estoy recibiendo 200 euros al mes estando de erasmus en Alemania, y 100 vienen de Bruselas. Sé que las Séneca no es que las reduzcan, es que DESAPARECEN. Sé que están recortando por todas partes en educación, dejando con el culo al aire a la gente con menos recursos, sé que se están cargando la sanidad como si de un lujo se tratara.
Sé lo de los deshaucios, sé que está habiendo SUICIDIOS por esto, sé lo del paro y sé lo de la manipulación periódistica que bueno, dentro de todo lo demás, es lo menos malo. Pero es entrar en el fango, porque que aparezca la palabra censura en nuestras cabecitas es muy feo. (Sin periodismo no hay democracia, recuerden)
Que no entiendo de economía y siempre dije que supongo que el país no se arregla subiendo sueldos. PERO COMO DE VERDAD NO SE ARREGLA ES CON LA CORRUPCIÓN.
Es que pase que hagan todo lo que están haciendo, pero mientras nos dicen que estamos hundidísimos y mientras la gente se  suicida porque les quitan la casa, mientras cierran urgencias y echan a profesores a la calle y dejan a gente sin poder estudiar, mientras hay millones de personas que no ingresan un duro al mes... mientras pasa todo esto... de repente toda la cúpula del partido, TODOS, salen hasta el cuello de unos pagos que encima NIEGAN haber recibido. ¿¡¿Pero cómo se puede tener tanto morro?!? ¿¡¿Pero cómo se puede decir que no reconocen esos papeles?!? ¿¡¿¡¿Pero cómo se puede decir eso de... "Si España creyera que esto es cierto, se indignaría" ?!?!?
Llevo un rato con la manifestación puesta de fondo como si fuera la radio, y te juro, Cospedal, que España está indignada. Cabreada. Hasta las narices. Hasta los huevos. Hasta los cojones. Llámalo como te dé la gana llamarlo. Pero cuando absolutamente todo el partido que gobierna no sabe ni siquiera mentirnos... ¿¡¿En qué país vivimos?!? Sí, sí, sí, sé que estas reflexiones están más que vistas y más que trilladas y que no estoy diciendo nada nuevo, ¿¡¿Pero cómo se puede tener tan poca vergüenza?!? ¿¡¿Y ni siquiera dar la cara?!? ¿Y medio darla, y decir... "yo no he sido, yo no he sido" mientras por otro lado hay gente admitiendo que sí recibieron esos pagos.. ? Que si esto es una campaña contra ellos para perjudicar al partido y a la marca España.
PERO QUÉ DICES. PERO QUÉ ESTAFA ES ESTA.

Así se escribe la historia. Así aparecerá, espero, en los libros de texto. Y así, de escándlao en escándalo, en algún momento, espero, esto hará BUUUUUUUUUM y habrá que empezar de nuevo, ¿no? Vamos, digo yo.
Que desde que han llegao no sólo no han hecho nada bien sino que encima han hecho cosas mal. Repito que no quiero hacer afirmaciones muy generales porque no entiendo. Pero sé que esto está mal. Aunque no haya ocurrido ahora, aunque sean cosa del dos mil y poco y hayan salido ahora. Esto es de poca vergüenza. De reírse en nuestra cara. Todo se ha dicho ya en twitter hoy. Y todo se está diciendo ahora mismo en la puerta de la sede del PP en Génova. Y la cantidad de policía que hay empieza a ser normal. Al final acabarán a hostias. Ni las calles nos van a dejar.
Y demasiado pacíficos estamos siendo para lo HASTA LAS NARICES que está la gente ya.
Lo que no sé es cómo no han perdido los papeles ya hace un rato.

Un poquito de vergüenza tendríais que tener, un poquito sólo, y a la puta calle ya.

lunes, 28 de enero de 2013

Explícame cómo hemos llegado a esto.


-Explícame cómo hemos llegado a esto.
-¿Cómo hemos llegado a qué?
-Son las tres de la mañana y estamos en una biblioteca los dos solos y a oscuras, tirados en el suelo… ¿Te parece normal?
-¿Hacemos tú y yo algo normal?
-No, gracias.
Se quedaron callados un rato.
-Es divertido.
-¿El qué?
-Esto.
-¿Tumbarse y mirar a oscuras el techo de una biblioteca enorme?
-No, darte cuenta de cómo aquella cámara de seguridad se está moviendo hacia nosotros –contestó él mientras sonreía.
Ella se levantó rápidamente y miró a todas partes buscando la cámara.
-¿Dónde?
Silencio.
-¿Dónde? –repitió.
-Tranquila –dijo él- ¿Qué nos van a hacer? ¿Realmente crees que hay alguien vigilando esas cámaras ahora mismo?
-No, claro, se mueve sola.
-Probablemente sí.
Silencio.
-Echo de menos el mar.
-Vuelve –le soltó él.
-No.
- ¿Por qué?
- ¿Nunca sentiste eso de… estar allí y echar de menos estar aquí, y estar aquí y echar de menos estar allí?
- Más veces de las que me gustaría. Míralo por el otro lado. Tienes dos casas.
- Lo que tengo son dos vidas. Y no sé si eso es bueno.
- Eso es genial, aunque todavía no lo veas.

 (13/1/2011)

sábado, 19 de enero de 2013

La navidad que vimos África desde la autovía.



La navidad que vimos África desde la autovía.
Nadie nos creyó porque es científicamente imposible,
pero juro que vimos África.
Increíbles nítidas siluetas de tierra firme al otro lado del horizonte,
que nunca antes habíamos visto,
después de años pasando por el mismo sitio a todas horas.

El horizonte del sur del Mediterráneo,
tan vacío, tan azul, tan infinito,
de repente,
poblado.

El día que por una vez bajé a tender y se escuchaban las olas.
Desde el jardín, el mar.
Como si estuviera en la calle de abajo.
Tan lejos y tan cerca.
Como aquel día de verano que,
de repente,
con las ventanas abiertas,
olía el aire a mar, a sal,
a playa.

El reflejo del sol en los edificios más lejanos
que se ven desde la terraza.
Que parece que estén ardiendo,
cuando está atardeciendo.

La niebla que me recibió al llegar a la Costa del Sol,
la niebla que no nos dejaba ver más de diez metros,
cuando volvíamos del campo,
y en el pantano no cabía ni una gota más.

Los fuegos artificiales en nochevieja,
desde el palco preferente.

Las mejores vistas,
que hay en toda la comarca.

La playa que no piso desde yo qué sé cuándo
la ciudad que tampoco piso desde a saber.
El paseo marítimo,
la gente, y ese acento por la calle
que tanto echo de menos cuando estoy lejos,
tan diferente al alemán de los carteles del Santander.

El sol permanente,
la lluvia desaparecida,
el mínimo de siete grados,
en enero,
y el máximo rondando los veinte.

El sur.

Las veces que hemos calentado la voz
en los ‘camerinos’ de la iglesia,
y lo que nos la conocemos,
siendo casi todos (muy) ateos.
Y lo bien que nos lo pasamos,
bailando en el altar,
cantando a veces en idiomas raros.

La de espaguetis que hemos amasao,
y la de espaguetis que hemos comío, 
la de veces que hemos intentado explicar
por qué mis primos son mis primos,
si con algunos no tenemos en común ni un apellido,
pero tenemos todos los mismos.

La de tonterías que decimos,
cuando algunos traen el pelo azul,
otros quieren hacer espaguetis con un peine de piojos,
otros usan un código penal para apretar la máquina,
y de repente hay harina por todas partes.

La de canciones de los setenta y muchos que me sé
sin saber ni quién las canta.

La de cubanos que han cantao en nuestras casas.

Y mientras, nosotros,
cantándole villancicos a cuatro voces
a los clientes de la mejor pizzería,
y poniendo de moda una nueva versión
del mítico no dudaría,
cantando por la calle,
hércules y pocahontas.

Los desafinaos y los afinaos,
los diapasones y los micrófonos,
sobre todo las guitarras,
las voces,
y las segundas voces
hasta en un cumpleaños feliz.

La mitad vinimos con un pentagrama debajo del brazo,
la otra mitad con una guitarra y una voz,
y ahora el piano legendario no cabe por la puerta. 

domingo, 6 de enero de 2013


La plaza de la revolución.
La avenida más ilusionante por la que pasé nunca.
El pueblo más feo en el que he vivido hasta ahora.
Las estaciones de metro llenas de vida.
La calle más musical de toda la capital.
La plaza donde unos hacen botellón y nosotros nos hicimos fotos.
El palacio donde no viven los reyes.
La noche que nos tumbamos delante de la catedral.
Los alrededores del teatro donde no hace mucho, los Goya.
La sala de teatro más pequeña en la que he estado.
El teatro más impresionante que he pisado.
El mejor concierto de mi vida.
La primera vez que vi cero grados.
Una residencia con tres paredes.
Un tren para reflexionar.
A veinte minutos del kilómetro cero.
El parque de los recuerdos de aquel mayo de 2008.
Donde conocí a tantos.

Tanta gente,
Aunque a veces pocas personas.
Pero muchas con las que compartir.

La radio en directo.
La música en directo.
El teatro en directo.
Casi el cine en directo.
Los días inexplicables.
La ciudad con más escenarios,
teatro, música
arte, cine,
todo junto.

Mucha ilusión, mucha pasión,
mucho entusiasmo.

Vienen de todas partes
y todos son más que bienvenidos.

Los que he conocido,
los que conoceré,
la magia, la gente, las calles,
el ambiente.

Desde El Retiro a la Almudena,
o al Palacio Real.
Pasando por la Puerta de Alcalá, Cibeles,
atravesando toda Gran Vía.
Dejando al fondo Plaza de España,
girando por Callao
y bajando por Preciados,  
llegas
entonces
a SOL.

Qué rabia me da
que los madrileños
no se den cuenta
de la magia
de MADRID.