sábado, 17 de marzo de 2012

Andy Warhol, gafapasta hasta ofender.

Tengo una asignatura en mi maravilloso doble grado que se llama Historia de los medios audiovisuales.
Es el mismo profesor -iraní, por cierto, no utiliza artículos hablando, es todo un personaje- para la teórica y para la práctica. En la teórica se dedica a vomitar todo tipo de información sobre el período que estemos dando en ese momento, acompañado de un bonito power point con foticos de las películas de las que va hablando, y en la práctica pues nos pone trocitos de esas películas y nos va ejemplificando con imágenes lo dicho en la teoría el día anterior.

Que por qué os cuento esto, diréis.
Bueno, pues resulta que el miércoles en la teoría dimos el cine vanguardista, con lo cual el jueves tocó profundizar un poquito con imágenes en este cine surrealista.
Buñuel and company, para los entendidos.
Sinceramente todo esto de romper con lo establecido es algo que siempre me ha llamado la atención, porque era gente que estaba, como poco, como una cabra, y se les iba la olla de tal manera que a veces le salían cosas curiosas, o al menos eso es lo que opinaba yo de las vanguardias con lo que sabía de haberlo dado en Historia del arte en el instituto.

Aunque en realidad, no dejan de ser cuatro gafapastas que dijeron 'no, yo es que lo que tú haces no me gusta porque lo hace todo el mundo, voy a coger una rueda y la voy a poner en un museo, y voy a convertir lo cotidiano en arte' (cortesía del señor Duchamp).
Pues bueno, me parece una ida de olla, pero vale, sin más. Luego encima la gente te adorará por coger una rueda y ponerla en un museo.
Aunque yo siempre me pregunté dónde está el límite y quién es el que define lo que vale y lo que no, porque si no esto es un cachondeo y ya puestos, cojo la batería del odenador que la tengo aquí al lado, la pinto de rojo y voilá, ya podéis adoorarme porque soy la vanguardia de la vanguardia.

El caso es que en el cine también hubo cuatro guays que decidieron diferenciarse y hacer cine vanguardista, surrealista y todo eso. Buñuel pues mezclaba cosas medio reales con sueños, eran relatos un poco sin sentido aparente pero bueno, tenía que ver mucho con todo el mundo del subconsciente y blablablá, que oye, pues hay que reconocerle la originalidad, por lo menos. Y me parece muy curioso que alguien alguna vez haya intentado sacar de nuestra cabeza algo que nunca sale y algo tan complejo como son los sueños.

Y bueno, después de este rollo del subconsciente y de algunas gentecillas más además de Buñuel, llegó Warhol, Andy Warhol.




Es importante recordar que este hombre es el mismo que considera arte un plátano y una lata de tomate.
Y tiene una pandilla de hippiecolgaos detrás que se ponen un póster de una lata de tomate en su habitación. Yo ahí no voy a entrar a valorar.

El gafapasta de Warhol hizo muchas más cosas además de su famoso plátano, pero me gustaría destacar una: su película llamada 'Sleep'.
Siendo el que considera que un plátano es un obra de arte, espero que tengáis curiosidad por esta película, pero que nunca, nunca, la veais.
En esta película vemos durante CINCO HORAS un poeta durmiendo. No hace nada más, sólo dormir.
Y ojo, que esto está en los museos.





Y sí, bueno, el Warhol este planifica y no sólo nos enseña la cara del poeta dormido, de repente cambia a una mano durante cinco minutos, luego cambia a un trozo de ropa que no sabes qué es durante media hora, luego sale otro plano del tío frito y así sucesivamente durante 321 minutos.
Esto pues supera a la lata de tomate por goleada.



Y a mí pues me parece hasta una falta de respeto. Cinco horas de un tío durmiendo. ¿Pero de verdad este hombre se creía que alguien iba a ver su mierda de película? A mí me parece tener mucho morro y reírse del público en su cara.
Tal era mi grado de indignación en clase que mis apuntes dicen lo siguiente: 5h de un poeta durmiendo. La estupidez del año. No es un espectáculo cinematográfico, hay que contextualizarlo dentro del cine abstracto. Surrealismo, sueños, literalmente. Una metáfora tan profunda que no la entiende ni dios, ni con contexto ni sin contexto y encima tenemos que estudiarlo.

A todo esto mientras el profesor hablaba teníamos de fondo al colega durmiendo.

Y esto es arte. Claro. Minimalista. Sí. Reducirlo todo a su mínimo. Je.

Yo sólo pude celebrar interiormente que las intervenciones de mis compañeros fuesen para decir que les parecía una gilipollez, porque con tanto indie últimamente, pensaba que en cualquier momento alguien levantaría la mano para decir, sonriendo y con los ojos brillosos, que le parecía una genialidad.

Podéis deleitaros:




A mí personalmente lo que hizo este tío hasta me cabrea, y me ofende que a eso se le llame cine cuando se le debería llamar estupidez. Pero bueno, supongo que ha conseguido lo que quería, que era provocar y cabrear al público y que en eso consistía la bromita.
Yo lo veo una pérdida de tiempo y de dinero. Tan indie, que se ha pasao de moderno.

Pero claro, los expertos no opinarán lo mismo.

No os invito a que veais la película, pero sí a que investiguéis las gilipolleces que hizo Warhol en el cine: Sleep, 5h de poeta durmiendo; Empire, 8h de la imagen de la punta de un rascacielos; 25h de una que se llama Four Stars que ni he mirao de qué va; 1h de imágenes de besos en Kiss; Haircut es un tío cortándole el pelo a otro; Eat un tío comiendo...

Y así sucesivas obras de arte.

Qué queréis que os diga, prefiero la rueda en el museo. Le veo más sentido a buscar el arte en lo cotidiano (que lo traduzco en algo así como disfrutar de cada cosa y de cada momento como únicos que son) que a grabar a un tío frito durante cinco horas.

sábado, 10 de marzo de 2012

Mitomanía, capítulo 1.

Muchas veces me han dicho que no tengo criterio y que nadie me cae mal, pero yo no creo que eso sea cierto, simplemente hay gente que, por una cosa o por otra, me parecen admirables, o al menos, esa parte que conozco de ellos, ya que los medios casi siempre sólo nos dejan ver un trocito.
Agárrense a sitios de agarrar, como diría Toni Garrido, porque parrafada va, y no puede ser menos.

No es difícil saber - si seguís mi tuiter y mi facebook últimamente- que una de esas personas es Rodrigo Cortés. Director de cine español. Al que probablemente inevitablemente termine pasándole esta entrada por tuiter, que no sé si llegará a leerla o no -más teniendo en cuenta que no pienso resumir, porque os lo quiero contar con todo detalle- pero viendo que está prestándole atención a todas y cada una de sus menciones... pues me haría ilusión. Aunque, todo sea dicho, me da mucho corte hacerlo... al final, tarde o temprano, terminaré haciéndolo 'sin pensar'. Siempre me pasa. Ojalá esto en el directo también fuese así de fácil. Lo de hacer las cosas que me dan corte sin pensarlas.
Pero bueno, que me lío.

Por qué admirar a este hombre.

Punto uno, y el 'cómo lo conocí': Buried. Enterrado. Una película que si no habéis visto, tenéis que ver. Soy la primera persona que pensaba que no aguantaría 90 minutos dentro de un ataúd, y que no era posible hacer una película de esa duración sólo dentro de un ataúd. Pero me rompió todos los esquemas y lo hizo, y además muy bien. Brutal. Increíble. Aunque hace poco me enteré (vaya fan yo) que el guión no era suyo, de igual manera fue él quien fue capaz de hacer una película que nadie se atrevía a hacer. Me acuerdo que la vi tirada en el colchón que hay en el sótano de mi casa, este verano, y sólo hacía agarrarme a un cojín cada vez más fuerte... no sé cómo describir aquellas sensaciones, emocionantes, intrigantes... no lo sé, pero me tuvo hora y media sin pestañear y totalmente metida en ese ataúd con Paul Conroy. Impresionante.

Continúa mi historia sobre este hombrecillo en twitter. Poco que decir, porque no entendía muy bien si es que vivía en un AVE o si estaba obsesionado o si iba a hacer una peli sobre ello o qué estaba pasando. Me acuerdo que llegué a decirle a una amiga que iba en ese supuesto mismo AVE un día algo así como "a ver si te cruzas con Rodrigo Cortés", y ella me contestó que él llevaba tuiteando desde ese AVE muchos días, y que ya no sabía qué era cierto y qué no. Enigmas de la vida.

Y saltamos ya a LUCES ROJAS. Realmente no sé cuándo comenzó mi interés por esta película. Tal vez tuiter, tal vez Toni Garrido entrevistándolo... hasta que una amiga de Salamanca me contó que estuvo en el preestreno allí, que la película le pareció la hostia y que pudo incluso hablar con el permanentemente sonriente Rodrigo, y hacerse una foto con él.

Mientras me decidía o no a ir a ver la película (léase mientras esperaba el día del espectador) me ví Concursante, la primera peli de Rodrigo. No voy a mentir, no me gustó. Demasiada economía para mí. Así que para aquellos que dicen que no tengo criterio y que cuando admiro a alguien dejo de ser objetiva... pues no, Concursante no me gustó. Muchos números. Aunque sólo hago leer buenas críticas, a lo mejor algún día le doy otra oportunidad.

Llego el día, fui a ver sus Luces Rojas. Sola, de repente. Porque si espero a la gente al final no voy. Porque la gente no suele estar muy dispuesta a gastarse dinero en cine 'si me puedo bajar la peli'. Que no, joder, que no. Que no es lo mismo. Que hay que ir al cine. El caso es que fui, no sin antes decirle al señor director por tuiter, que iba a ver su peli. Y sorpresa mía que me contestó. Y me dí cuenta de que se estaba entreteniendo a contestar a absolutamente todas las menciones que le llegaban. Algo que no hace NADIE. Nadie con más de cierto número de seguidores, quiero decir. Y él ya va por los veinte mil y pico, creo. Dice que es lo mínimo que puede hacer para agradecerle a la gente que esté gastando tiempo y dinero en su proyecto. ¿No es genial?

De la peli no quiero hablaros porque tenéis que verla. No es Buried. Es una película muy diferente. Hay gente que me ha dicho que no le han gustado algunas cosas, a mí, sinceramente, me parece una peli redonda. Alucinante. Y ya está, no os digo más porque quiero que la veáis, sólo os digo que no sé qué hacéis que no vais YA. Yo me estoy planteando una segunda vez.
Es una peli que te persigue, que no acaba en los créditos, salí de allí y me retumbaba la última frase en la cabeza. Y salí pensando que estudio lo que estudio porque existen pelis como Luces Rojas. Y me faltaron redes sociales para contarlo.



Y venga entrevistas, Otra Movida, El Mundo, En días como hoy, Onda Cero, El Hormiguero, Vídeo Encuentros de Antena 3 y mil millones de sitios donde aparecía el director y guionista. Además del permanente tuiter en el que no deja de contestarle a todas y cada una de las personitas que le dicen algo. Yo ya llevo tres, y la ilusión que me hace. Y me estoy aguantando las ganas de decirle más cosas.

Me ha conquistao peli a peli y entrevista a entrevista, tuit a tuit. Porque este hombre no sólo es un talento increíble (que, a todo esto, no estudió cine, a saber qué) sino que es un tío guay. Y me explico: no son pocos los 'famosos' que se hartan de retuitear buenas críticas ya sea a modo de publicidad o a modo de 'joder, qué ilusión que me digan esto, ¡¡mirad lo que me dicen!!' (que bueno, visto desde ese lado humilde y desde ese 'me hace ilusión que guste lo que hago y quiero compartirlo', no está mal el retweet tampoco), pues bien, aquí el amigo no ha hecho ni un sólo retweet -o tal vez alguno que a mí se me haya escapao, pero se contarán con los dedos de una mano- de los cientos de comentarios halagadores que le están llegando.
Humildad, se llama. A veces, exagerada. Me he visto y me he leído y me he escuchado toda entrevista suya con la que me he cruzado y creo que puedo decir que el exceso de humildad a veces podemos traducirlo en baja autoestima. Ayer me dió esa sensación por un segundo. Espero haberme equivocado, no sé, fue una sensación extraña.
El caso es que, sea como sea, lo importante es que un flipao de la vida no es. Y eso es lo que lo hace cada día un poquito más grande.
Eso, y que escucharlo hablar es quedarte embobado. Por lo que dice y por cómo lo dice. Creo que sería un magnífico profesor. La manera de explicar las cosas, de expresarse, de hablar, de responder a las preguntas, de elegir y ordenar las palabras y de utilizar metáforas mediante las que todo queda clarísimamente claro. Y, además, bonito.
Y siempre sonriendo y agradeciendo y feliz. Y con ese toque de cachondeo que no puede evitar y que, reconozcamos, me encanta. Ese punto de 'está como una cabra' (en el mejor sentido) que tienen (y deben tener) todos los creadores. Sin ir más lejos, anoche tuiteaba desde un VIPS con un amigo una foto del mantel. Y después una foto de la foto del mantel. Y después una foto de la foto de la foto... en fin, making of sobre making of. Y decía "Making of TOTAL, sin ángulos muertos"... como una cabra, lo que os diga, y menos mal.
Pero se le ve tan natural, tan auténtico.
Alguien que se ve que le apasiona lo que hace, y cada vez veo menos gente así.
Que tenga las cosas tan claras, que las exprese tan bien y que no sólo no termine de creerse su éxito, sino que sea totalmente consciente de que en cualquier momento puede llegar el fracaso, ese 'Robert de Niro me había dado el sí, pero no pensábamos contárselo a nadie, quedaban 100 escalones y nos podíamos caer en cualquiera, y eso incluía el 99'.
Y que cuente la misma historia por quinta vez, que yo ya me la sepa, y que quiera escucharla otra vez.

Luces Rojas. Notas discordantes. Cosas que no deberían estar ahí.

Tantas y tan grandes reflexiones y frases en esas entrevistas... es que si de verdad es lo que sale por la tele, es guay.
Y ayer me vi unos cuantos cortos que encontré suyos por youtube. Unos mejores que otros, (genial verlo actuar) pero muy suyos. Experto en construir personajes.

Ya hace un tiempo decidí que quiero ser guionista, pero en mi maravilloso doble grado no piensan enseñarme, así que un día me puse a mirar másters y fiché el de Globomedia en la Rey Juan Carlos.
Cierta amiga de Salamanca me dijo que este que os cuento que 'sería un magnífico profesor por cómo lo expresa todo' da clases en el máster de guión de la Universidad de Salamanca.

Yo sólo sé que por estas cosas, por pelis como esta y por gente como él, me entran más y más ganas de meterme en ese mundo, de hacer cosas, ya.


Tienes que ser muy consciente de que decepcionas a alguien desde el mmomento en el que te levantas por la mañana. Si tú tratas de poner tus decisiones en manos de las expectativas de unos y otros estás perdido, entre otras cosas porque cada uno tiene expectativas diferentes y si complaces a unos, decepcionas a otros, y si complaces a otros, decepcionas a unos, y si complaces a todos te decepcionans a ti.
Solamente puedes pensar en una historia que te resulte potencialmente apasionante.

Rodrigo Cortés.